Respondiendo al título de esta entrada, definitivamente NO... ¿o sí? Entonces ¿tiene traducción? Por supuesto que SÍ.
En primer lugar, ¿qué es un CEO? El diccionario económico en línea Economipedia nos lo aclara perfectamente. Se trata de quien tiene el máximo nivel de responsabilidad y autoridad a la hora de llevar a cabo la gestión administrativa de una empresa o institución.
Ahora vamos a las fuentes: Fundeu RAE. Lo aclaré en entradas anteriores pero siempre viene bien refrescarlo: como ellos mismos informan en su página de Internet: FundéuRAE es una fundación patrocinada por la Agencia Efe y la Real Academia Española, cuyo objetivo es colaborar con el buen uso del español en los medios de comunicación y en Internet. ¿Y qué nos dicen? Bien sencillo: el CEO es el primer ejecutivo de una empresa. Y nos da aún más variantes según el caso: presidente ejecutivo, director general, consejero delegado.
Inclusive si sólo tipeamos CEO en el buscador Google para ver qué información nos trae, lo primero que aparece es una entrada de Wikipedia que clarísimo dice: Director ejecutivo y avanza luego con su significado.
Entonces "CEO" no queda así en español. Tenemos muchas opciones muy válidas en nuestro idioma como para dejarlo así. Pero entonces, ¿por qué dejan esas siglas sin traducir en tantos textos especializados? Vemos algunos ejemplos: Dimite el CEO de Toshiba ante las dudas sobre su liderazgo (Infobae); Sergio Affronti, CEO de YPF: "Tenemos que hacer una compañía más flexible y ágil"(Cronista Comercial); Accionistas de Petrobras allanan el camino para nombrar a un nuevo CEO (America Economía)
El predominio cultural de la lengua inglesa es innegable, es justamente una de las razones por las cuales tenemos tantos términos prestados de ella. Muchas veces la intención detrás de dejar términos traducibles en su idioma original es darle al texto (y a su autor) la noción de internacionalización, de ser global.
En nuestro trabajo como traductores nos encontramos con clientes que nos dicen: "Es que en nuestro sector se dice así", "la gente no lo entendería", "preferimos dejarlo como está"... son los motivos que más oímos en este tipo de situaciones. ¿Qué debemos hacer: dar la razón al cliente aunque nos esté pidiendo que usemos una palabra que puede ser perfectamente traducida? ¿O corregirlo?
Una posibilidad es acordar con el cliente un criterio que priorice el uso de las equivalencias en español en las traducciones sin afectar a la comprensión del concepto. Por ejemplo, explicando el significado en español de la palabra la primera vez que sale en el texto aunque se luego se mantenga en inglés.
Tenemos muy claro que nuestro trabajo como traductores para empresas implica cuidar del idioma y ofrecer alternativas al cliente. Pero también somos conscientes de que, en numerosos sectores, el uso de palabras en inglés está tan extendido que empeñarse en seguir la norma no sería viable en muchos casos y no nos permitiría entregar una traducción de calidad satisfactoria.
Existen numerosos casos como éste que les presento, dejo abiertos los comentarios para que compartan con qué otras situaciones similares se encontraron en el camino de la traducción profesional. ¡Los leo!
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