Hace un tiempo leí una nota de la BBC en la que hablaba sobre un idioma europeo que se encuentra al borde de la extinción: el livonio.
Se trata de un lenguaje que muy pocas personas hablan, alrededor de 200, originariamente en su pueblo, Livonia, ubicado en los actuales países de Estonia y Letonia. La dominación soviética, a partir de la Segunda Guerra Mundial, terminó por fragmentarlo.
Me dio mucha pena saber que la última hablante nativa falleció en 2013. No dejo de pensar cuánto se fue con ella...un idioma es tantas cosas...Es tan real la frase que cada idioma es una visión diferente de la vida. El livonio conecta con historias de pescadores, costas de arena muy blanca, bosques verdes tupidos, convivencia con la naturaleza y amor por la tierra. Es la visión de la vida con la que nos une este idioma.
Hay aún esfuerzos para revivirlo principalmente por descendientes de livonios. Recuerdos de abuelos y antepasados fuertes pescadores no quieren quedar bajo el polvo de la historia. Recuerdos de palabras y sonidos extraños que los conectan con sus raíces. Afortunadamente hay un renovado interés en la muy rica e interesante cultura livona: cuna de hombres de mar cuya bandera refleja lo que veían desde las aguas: el verde del bosque, el blanco de las playas y el azul de su mar.
Realmente espero que sea así, que vuelva a la vida, que no se pierda. Esta entrada es un granito de arena, de esa arena blanca de la costa de Livonia que quiero devolverles para que florezcan nuevamente. Gracias a toda la comunidad que no pierde la esperanza, en este idioma: Tienū!
Comentarios
Publicar un comentario