Cuando se trata de certificados de antecedentes penales, un simple matiz en la traducción puede cambiarlo todo. La diferencia entre términos como “case dismissed” y “caso cerrado” no es solo lingüística: puede significar que una visa, un asilo o un permiso de residencia sea aprobado… o rechazado.
Un documento legal no admite interpretaciones erróneas. Solo admite traducciones correctas.
No todos los certificados son iguales
Un error frecuente es asumir que todos los certificados de antecedentes penales son equivalentes y, por lo tanto, traducibles bajo la misma etiqueta. Nada más lejos de la realidad:
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Reino de Tailandia: certifica que la persona “no presenta un comportamiento que ponga en riesgo el orden, la paz o la seguridad del Estado”.
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FBI (EE. UU.): informa, según huellas digitales, si la persona figura en el sistema penal federal o ha sido arrestada a nivel federal. No incluye información local o estatal, que debería pedirse por separado en cada jurisdicción.
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Police Certificate del Reino Unido (ACRO): detalla condenas, advertencias, amonestaciones, procesos pendientes o en investigación, de acuerdo con la base de datos de la policía británica y conforme a su régimen legal de divulgación.
A primera vista todos parecen “certificados de antecedentes penales”. Sin embargo, lo que cada uno certifica es muy distinto.
Las consecuencias de una mala traducción
Si un Estado no pide aclaraciones adicionales, un error terminológico puede derivar en el rechazo directo de solicitudes de visa (de cualquier tipo), pedidos de asilo o refugio, o trámites de residencia.
Las consecuencias son concretas: pérdida de tiempo, gastos adicionales, frustración y, en algunos casos, la imposibilidad de volver a presentar la solicitud en el corto plazo.
El rol del traductor oficial especializado
Mis años de experiencia en la traducción de documentación personal para fines migratorios me permitieron advertir estas diferencias y trabajar con un método claro: hacer una revisión exhaustiva del certificado original, identificar qué se certifica exactamente, qué autoridad lo emite y qué instancias lo legalizan, y traducir con precisión terminológica, garantizando confidencialidad absoluta y sin emitir nunca juicios personales sobre el contenido.
La tarea del traductor oficial es asegurar que las autoridades del país de destino reciban un documento fiel y exacto, que les permita evaluar de manera justa e imparcial la pertinencia del otorgamiento o la revocación del trámite solicitado.
Consejos clave si necesitás traducir tu certificado
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Dejá en manos del traductor oficial la verificación del documento. Es su rol analizar y entender qué certifica el original.
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No tengas pudor si el certificado incluye antecedentes. El traductor no juzga el contenido: se limita a trasladarlo con exactitud y confidencialidad.
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Confiá en un traductor público matriculado. Solo así asegurás que tu traducción tenga validez legal y sea aceptada por las autoridades competentes.
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Evitá traducciones automáticas. Un error de contexto puede costar el rechazo inmediato de tu trámite.
En resumen...
Un certificado de antecedentes penales no es un documento más: es una pieza clave en tu proyecto migratorio o legal. Y como tal, merece ser tratado con precisión, confidencialidad y profesionalismo.
🙌 Si necesitás traducir tu certificado de antecedentes penales, contactame. Como traductora pública especializada en derecho migratorio, puedo garantizarte una traducción oficial, válida y exacta para que tu historia esté bien contada en cualquier idioma.
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