Cuando hablamos de documentación personal nos estamos refiriendo a aquellos documentos que certifican identidad y hechos en la vida de las personas. Estos documentos pueden ser: partidas de nacimiento, documentos de identidad, pasaportes, certificados de matrimonio, libretas de familia, certificados de bautismo, actas de divorcio, certificados de defunción.
Tenemos muchos más "papeles" en nuestra vida a medida que expandimos horizontes y vamos obteniendo diplomas de estudios, certificados analíticos, realizamos cursos por los que, al finalizarlos, obtenemos una certificación de cumplimiento.
Lo mismo sucede en nuestro ámbito laboral: nos entregan cartas de recomendación, certificaciones laborales, credenciales por capacitaciones, etc.
Y, según se nos presenten las circunstancias de la vida, debemos hacerlos traducir. Muchas veces, incluso necesitamos que sean traducciones públicas de las que ya hablamos en entradas anteriores.
Es en este momento donde entra a relucir la capacidad del traductor: este tipo de textos está repleto de nombres propios: ciudades, universidades, escuelas, títulos, cargos de las personas que los sellan, entre muchos otros ejemplos. ¿Y cuál sería el problema? Muy simple: ¿los traducimos o quedan en el idioma original?
La respuesta no es única y no es tan simple como la pregunta. Como muchas cuestiones en la vida: DEPENDE.
Vamos a explicarlo con un ejemplo: Si tu partida de nacimiento indica que naciste en "New York", la traducción al español del certificado de nacimiento deberá decir Nueva York, ya que por regla general, todos los nombres de países, ciudades, divisiones administrativas deben traducirse. Peeeeero...siempre que tengan traducción y tradición en la lengua española. Si tu lugar de nacimiento fue "Long Island", entonces no vamos a decir de ninguna manera que naciste en Isla Larga sino en Long Island.
Si se nos presenta un profesional que ha obtenido un título académico en una universidad extranjera ¿qué hacemos con el nombre de esa Casa de Estudios? ¿lo traducimos? ¿si? ¿no? Vamos nuevamente con un ejemplo: Si el profesional se ha graduado en la "University of Cambridge", debemos traducir con seguridad Universidad de Cambridge. Peeeeero si estamos traduciendo el Curriculum Vitae de este mismo profesional y resulta que ha trabajado en "Bank of America", al tratarse del nombre de una empresa, no debemos traducirlo y en nuestro texto quedará Bank of America.
Por los ejemplos mostrados arriba podemos ver que realmente es un desafío la traducción de documentación personal, no sólo porque debemos conocer las reglas de lo permitido y lo prohibido en ambas lenguas con las que trabajamos sino que además debemos hacer que la traducción del documento original transmita fielmente la intención de ese documento fuente. Debemos lograr que diga lo que debe decir, ni más, ni menos.
En nuestra vida cotidiana nos encontramos con numerosos desafíos al momento de desempeñar nuestra labor. Como siempre, dejo abierto el espacio a que me cuentes cuáles son tus desafíos y tus estrategias para enfrentarlos. ¡Nos encontramos en la próxima entrada!
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